El amor es el lazo de la unidad

30 de diciembre de 2012- La Sagrada Familia

La crisis actual ha puesto de nuevo de relieve la importancia fundamental de la familia. Padres ancianos que vivían en residencias han vuelto a vivir de nuevo con sus hijos para ayudarles a hacer frente a las dificultades económicas. La familia es una realidad humana, apreciada en todas las culturas, pues es la célula de la sociedad. Desgraciadamente ésta y sus gobiernos se olvidan muchas veces de proteger la familia, incluso llegan a ponerle todo tipo de dificultades.

Jesús nació en el seno de una familia humana. José y María cuidaron de él, le ayudaron a crecer y lo educaron para que pudiera llegar a ser una persona adulta responsable. La Sagrada Familia es el modelo de la familia cristiana, en realidad de toda familia ya que es de Dios mismo de quien procede toda paternidad en la tierra y en el cielo. La familia tiene un valor en sí como santuario de la vida. En ella uno es amado por lo que es, independientemente de que uno sea rentable económicamente. La familia cristiana trata de vivir la misma realidad de amor que viven todas las familias. Eso sí, vivida la vida familiar como Iglesia doméstica, la familia se consolida y es capaz de afrontar los desafíos del presente, que amenazan constantemente la estabilidad de la familia.

A José y María se les confió la educación de Jesús. No debió ser fácil precisamente porque se trataba de un niño especial, aunque las cosas parecían desarrollarse con toda normalidad. José y María sabían que ese niño venía de Dios, pero todo parecía tan normal que casi lo olvidan. Cuando Jesús a los doce años se queda en el templo y se justifica diciendo que debe ocuparse de las cosas del Padre, no entienden lo que les quiere decir (Lc 2,41-52). Pero respetan la decisión del muchacho y no reaccionan violentamente.

Hoy existe, como ha recordado tantas veces el papa, un auténtico desafío educativo. No se trata sólo de enseñar y transmitir conocimientos técnicos sino de educar en los auténticos valores que sostienen la vida social de un país. Es en el seno de la familia donde se adquiere por ósmosis esos valores humanos y religiosos. Desgraciadamente la situación social hace que muchas familias tiendan a desentenderse y delegar totalmente la responsabilidad de la educación de los hijos en las instituciones escolares. Éstas muchas veces buscan una excelencia puramente académica y dejan de lado la formación integral de la persona.

Gracias a José y a María, Jesús pudo madurar y prepararse para su misión asimilando todos los grandes valores de su pueblo. También José y María maduraron en contacto con Jesús, aprendiendo a vivir para Él y respetando sus opciones, aunque no comprendieran su actuación.   Son los valores del Evangelio los que dan sentido a la familia humana e impiden que ésta se convierta en un egoísmo a dos o egoísmo a tres. Sólo abriéndonos a la perspectiva de la familia de Dios que es la Iglesia, nuestras familias humanas descubren su misión en el mundo: hacer presente a Jesús para construir el Reino. Que la celebración de esta eucaristía nos ayude a crear la gran familia humana de los hijos de Dios.

 

 


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